Todos podemos tener un mal día, tomar decisiones que no llevan a un lugar deseado o no caer en la cuenta de hacer una gestión a tiempo. Qué presión, ¿no? El jefe gritando, toda la noche sin pegar ojo y el fin de semana sin poder desconectar porque tienes que dar una solución al problema.
Creo que cometer errores debería de estar mejor visto. De alguna manera forman parte de nuestras vidas. Y en lugar de sentirnos mal por meter la pata, podemos utilizarlos para renacer y pensar nuevas propuestas, plantearlo como una oportunidad de crear algo nuevo, sabiendo que equivocarse es el camino para lograr el éxito.
Me gustaría poner el ejemplo de Volaris, aerolínea mexicana, cuyas acciones discriminatorias pusieron en tela de juicio la imagen de la empresa. En un caso, el piloto se negó a despegar porque una mujer en silla de ruedas, la exatleta Yazmith Bátaz, viajaba sola. En otro, prohibieron subirse al avión al actor Wrais Ahluwalia por llevar turbante.
Los errores pronto se convirtieron en un escándalo mediático. ¿Y qué hizo la aerolínea para limpiar su imagen? Aprovechando el 10º aniversario de las aerolíneas lanzaron una campaña renovada que toma ventaja competitiva de los errores cometidos.
“Que todo el mundo vuele”, fue el lema de la campaña que reimpulsó a la marca consiguiendo mucho más que los objetivos marcados. Un cambio de imagen que reposicionó a la aerolínea como una compañía más tolerante y abierta.
En el vídeo vemos ese cambio a través de la imagen de niños, mujeres mayores, hombres con perro, chicos con tatuajes… Volar desde otra perspectiva, o pagar solo por lo que necesitas son los mensajes de esta campaña publicitaria.
Un claro ejemplo de cómo se puede aprovechar un error que desencadena una marea de comentarios en las redes capaces de hacer caer la marca.
Muchas veces nos preocupamos demasiado de llegar a 5000, 6000 personas, cuando lo que realmente importa es el cómo llegas a ellas.
Un contenido de calidad, una campaña con una buena idea y unas buenas fotografías publicitarias que transmitan un contenido fresco, renovado y que hagan reposicionar, relanzar la marca.
Al final no es necesario ser una empresa gigante o internacional para renovar la imagen y darle un aire fresco, con sentido, acorde a los valores de empresa.
Así que en vez de entrar en pánico y quedarte en una esquina lamentando los errores cometidos, álzate y toma decisiones, una renovación justo a tiempo te puede hacer crecer como empresa, persona o colgarte una medalla. Si conoces a alguien al que le pueda interesar un cambio de imagen, nuevas ideas, estaré encantada de atenderle.